El escenario electoral que se avecina ha quedado expuesto con muchísima antelación. Al punto que las incógnitas que faltan por develarse son apenas unos detalles. Javier Milei y Cristina Fernández de Kirchner llegan a fin de año a sabiendas de que se necesitan mutuamente para sortear los comicios legislativos de 2025. Y que, retroalimentándose como hasta ahora, tendrán muchas más chances de que el tercero en discordia, Mauricio Macri, sea borrado del mapa político argentino.

Los indicios venían sucediéndose desde hacía varios meses, pero esta semana se despide con evidencias concretas. La frustrada sesión por la aprobación del proyecto de Ficha Limpia, que impediría ocupar cargos públicos a los condenados en segunda instancia, desnudó objetivos y también estrategias. Y, como no podía ser de otra manera, tiene una pata tucumana. El oficialismo, impulsado por los retazos que quedan de Juntos por el Cambio, se sentó en Diputados para debatir la iniciativa que aunque no tenga nombre, como aquella Ley Bases, lleva impreso el rostro de Cristina. Sabido era que no iban a bajar al recinto los integrantes de Unión por la Patria, por lo que la responsabilidad de garantizar el quórum estaba en manos del oficialismo y de sus aliados.

Sin embargo, les faltó sentar un diputado para llegar al mínimo de 129 bancas necesarias para comenzar la sesión. Curiosamente, el presidente de la Cámara Martín Menem tampoco se mostró muy preocupado pero sí extrañamente estricto: no quiso esperar ni un minuto más y dio por caído el debate. Inevitablemente, comenzó a evaluarse quiénes fueron los ausentes. Dentro del PRO hubo tres faltazos, más o menos todos justificados. En el caso de La Libertad Avanza fueron dos, también con algunos argumentos válidos. Luego viene el peronismo federal, que no tuvo plantel completo (el antiCristina Florencio Randazzo tampoco concurrió). Y los partidos provinciales tampoco ayudaron a sesionar, lo que dio pie a la versión de una injerencia de los gobernadores. Allí es donde entra precisamente en escena el tucumano Osvaldo Jaldo y su tríada en la Cámara Baja: Agustín Fernández, Elia Fernández de Mansilla y Gladys Medina.

Ficha Limpia: el oficialismo y los bloques dialoguistas pidieron una sesión especial

Las especulaciones se multiplicaron. ¿Por qué el bloque Independencia, de fidelidad hasta ahora perfecta a Milei, pegó el faltazo? Casualmente, el gobernador se encontraba por esas horas en Buenos Aires. Lo mismo sus diputados, al punto que “Tin” Fernández participó esa mañana de la reunión de Labor Parlamentaria entre los presidentes de bancada. Como primera medida, en el jaldismo aclaran que nadie, desde la Casa Rosada, les pidió “una mano” con este tema. Entonces, prosiguen en su explicación, optaron por no bajar al recinto apostando a que su ausencia, como terminó sucediendo, sea determinante al momento de garantizar el quórum. En síntesis, aducen que no acudieron para mostrarle al Gobierno libertario que no son aliados permanentes y que no deben dar por sentado que harán siempre lo que desde la Rosada les pidan. Así, continúan en su relato, el Presidente y sus funcionarios sabrán que deben respetarlos y llamarlos para negociar cada vez que necesiten de sus votos en el Congreso.

Si efectivamente fue así, hay que concluir que la jugada a Jaldo le salió muy bien, porque todos hablaron del rol de sus diputados en estos días y en Olivos deben haber tomado nota de lo sucedido. Pero, como siempre hay diferentes matices, cuesta creer que “El Comisario” haya orquestado una jugada tan arriesgada, sabiendo que Milei no tiene piedad en su diatriba y menos en su venganza. Entonces, vale explorar las otras posibilidades. Una, la que menos adeptos tiene, sugiere que el mandatario tucumano habría tomado esa decisión para enviarle un mensaje de tregua a Cristina, ya erigida como presidenta del Partido Justicialista nacional. Desde que la ex jefa de Estado se apoderó del sello partidario y el senador Juan Manzur se muestra cercano, las versiones sobre una probable intervención del PJ de Tucumán y una inminente visita de ella para incomodar al tranqueño van y vienen. De hecho, el senador José Mayans les dijo a los kirchneristas tucumanos que estuvieron hace una semana en Santiago del Estero que CFK quiere venir al “Jardín de la República”. Un paréntesis: en la delegación de Tucumán, la única novedad fue la presencia del taficeño Javier Noguera. Pero volviendo al eje, Jaldo es vicepresidente del partido en la provincia, y tiene todos los órganos internos a disposición para resolver las estrategias de alianzas y candidaturas el próximo año. La idea de que haya jugado en favor de CFK para enfriar las tensiones fue explotada al máximo por los pocos opositores tucumanos que alzaron la voz sobre el tema. El radical Roberto Sánchez y Paula Omodeo (CREO) denunciaron que Jaldo demostró finalmente que no representa ningún cambio al peronismo tradicional y a sus mañas, y que fue cómplice de la “impunidad” de Cristina.

Sí hay una opción que encontró mayor consenso entre analistas y referentes políticos. En esta teoría, la Casa Rosada juega un papel central. Primero, hay que partir de la base de que Ficha Limpia surgió por interés del PRO. En particular, el macrismo tiene un marcado interés en que la ex jefa de Estado salga de la escena electoral para, de esa manera, ocupar el lugar de alternativa moderada al liberalismo violento que encarna Milei. Hoy, las encuestas coinciden en que con la irrupción de Cristina no hay lugar para una tercera vía: la polarización es un hecho. Y esos mismos sondeos han mostrado a lo largo del año que cuando reaparece la ex presidenta sube casi como un acto reflejo la imagen de la gestión libertaria. Entonces, existe la chance de que en el entorno del Presidente hayan quitado apoyo a la norma para tener vigente el fantasma del pasado y, de paso, avisarle al macrismo que no sólo LLA necesita de los votos amarillos en el Congreso, sino que hay una necesidad de asistencia mutua. Dicho en otras palabras, a Milei le sirve más confrontar con Cristina libre que con ella fuera de combate.

Si esta es la apuesta oficial, alguien debería advertirles que el macrismo quiso hacer lo mismo en la segunda mitad de su mandato, después de haber ganado las elecciones legislativas de medio término, y finalmente Macri perdió frente a la dupla Alberto Fernández-Cristina.

Los jaldistas

Por lo pronto, algunas de estas opciones quedarán descartadas la próxima semana, en caso de que haya sesión para tratar el proyecto que impediría a los condenados ser candidatos y se vea quiénes garantizan el quórum y quiénes no. Los ojos, nuevamente, estarán puestos en los tres tucumanos del jaldismo.

Ahora, ¿es realmente factible que Ficha Limpia se convierta en ley? No. Porque aunque pueda ser aprobado en Diputados, los números en el Senado no les son favorables a La Libertad Avanza. En la Cámara Alta hay 33 bancas de Unión por la Patria, cuatro menos que las necesarias para tener mayoría simple. Además, el Presidente acaba de dinamitar la relación con la presidenta del Senado, Victoria Villarruel. Dentro del glosario de descalificaciones mileístas, “casta” es de las más potentes. Y el jefe de Estado eligió esa palabra para definir a su compañera de fórmula.

Sus críticas no podrían haber sido más inoportunas, porque en paralelo el Gobierno envió el proyecto de eliminación de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Es probable que la Rosada haya generado ese debate siendo consciente de que no tiene números en la oposición ni apoyos internos para lograr su aprobación. De todas formas, es un asunto que adelanta cuál será la fisonomía del armado de las listas libertarias. La más notoria, la búsqueda de desintegración del PRO, que necesita de las PASO como un volantín a las ráfagas de viento. La otra, la idea que se le atribuye al asesor Santiago Caputo: que no haya internas y que en las nóminas provinciales haya mileítas y representantes de Patricia Bullrich.

¿Cómo cerrará el año la gestión de Jaldo?

Si efectivamente esto se cumple, hay que vaticinar una implosión del incipiente armado libertario en provincias como Tucumán. Una prueba: el sólo envío del proyecto contra las PASO genera incomodidad entre partidos aliados, como la UCR, el PRO, FR y CREO. También en cuanto a los nombres que se mencionan hay malestar: los tucumanos libertarios no quieren saber nada con una eventual imposición de Lisandro Catalán. Mucho menos si al vicejefe de Gabinete lo acompaña la ex legisladora bussista Nadima Pecci, muy cercana a la ministra de Seguridad. Más allá de que sea muy temprano para estas especulaciones, es cierto que la abogada reapareció en eventos públicos en los últimos meses. ¿Y Omodeo? La liberal tucumana aspira a la reelección, pero tiene un elemento en contra: fue sumamente crítica del gobernador Jaldo, un aliado con entrada directa a la Jefatura de Gabinete nacional. ¿Será el mandatario juez de las rencillas vecinas? Ese rol, hay que decirlo, es uno de los que más le fascina a Jaldo. Ya lo hizo con el alfarismo y parece empecinado con el radicalismo: ahora sumó en el Ministerio del Interior al ex intendente de Simoca y ex legislador Luis González.